Conseguir darle una vuelta a algo tan simple como una hamburguesa, una comida catalogada como “rápida” e incluso “basura” no es un tema baladí. A la aventura de hacer de este alimento un producto sano y delicatessen se lanzaron Ángel y Juan, cuando abrieron “La estación de Loman”.

Comer una hamburguesa suele ser sinónimo de comida rápida, y no siempre de la mejor calidad ni con beneficio para la salud. Lo normal es que esté bastante lejos de lo que podríamos considerar la innovación y mucho menos la alta cocina. Para romper todos estos moldes y conseguir ofrecer a sus clientes un producto de calidad, sin renunciar a un precio competitivo, iniciaron su aventura culinaria Ángel Canal y Juan Varela hace dos años cuando abrieron La estación de Loman.

“Intentamos darle una vuelta de tuerca a un producto que como la hamburguesa, la gente ve como algo simple y de baja calidad”, explicaba Ángel, una de las mitades de este proyecto.

Junto a Juan y gracias a su pasión por la cocina y su creatividad han ido diseñando una carta muy poco común, al más puro estilo de los grandes chefs en la que se puede encontrar hamburguesa de ternera gallega, ecológica, vegana, de buey e incluso de cabrito, “no creo que exista otro lugar con una hamburguesa como esta”, reconocía Ángel.

“Nosotros visualizamos lo que queremos hacer, lo hablamos y después nos pasamos meses trabajando en la idea hasta que sale”. Desde el principio quisieron canalizar toda esta creatividad en los concursos de pinchos que se organizan en la ciudad. En su primer intento en 2012, “cuando acabábamos de abrir y no nos conocía nadie”, lograban un segundo puesto con una hamburguesa con chocolate. Prosiguieron tenaces, y al año siguiente se alzaron ganadores. Fue gracias a esta victoria que quisieron agradecer al público su apoyo organizando la Fiesta de la Hamburguesa de Ourense.

 

En 2013, “hicimos una réplica a gran escala de uno de los productos que tenemos en la carta”: Una hamburguesa doble que en vez de aumentar a lo alto lo hace a lo largo, alcanzaron los 1,80 metros. Y este año, hace apenas una semana repetían hazaña con 13 hamburguesas gigantes delicatessen que sumaban 120 kilos de carne.

Amigos, socios y familia
Estos jóvenes que son amigos, socios, “y ya casi familia”, se arriesgan a innovar en un mundo muy simple y muy rápido, pero tienen un secreto. “La idea es usar productos locales de primera calidad, que además gestionamos nosotros reduciendo un montón los costes, algo que se traduce en jornadas de 16 horas de trabajo, pero también en precios más ajustados”, explicaba uno de los propietarios.

Encomendarse a este tipo de artículos hace que “la comida que preparamos sea perfectamente sana y adecuada para la salud, además nos hemos molestado en consultar estudios e informarnos para crear una dosis que sea la perfecta”.

Otra de sus bazas es procurar tener contento a todo el mundo. “Ofrecemos la máxima variedad posible, ahora mismo estamos preparando una hamburguesa que lleva pesado, y cualquiera que viene puede tener una totalmente al gusto, siempre dentro de los ingredientes que nosotros manejamos”.

Y es que estos jóvenes no paran, ya están inmersos en la que será su propuesta para el concurso de pinchos del otoño próximo. “Mucha gente valora este trabajo de innovación, nos lo reconoce y viene a visitarnos expresamente, desde bastante lejos”.

http://www.farodevigo.es/portada-ourense/2014/09/12/salto-comida-rapida-alta-cocina/1092331.html